TEMA 4
Los niveles de referencia de aprendizaje de lenguas y el desarrollo de
competencias.
Durante la sesión del 5 de diciembre nos hemos dedicado a trabajar el tema 4 de nuestra programación:
“Los niveles de referencia de aprendizaje de lenguas y el desarrollo de
competencias”. En este tema hemos desgranado las diferentes competencias que se
encuentran en el MCER y las hemos aplicado a la “programación” que creamos para
el tema 2. De este modo, vemos cómo los temas que estamos viendo para esta
materia no son compartimentos estancos, sino que están relacionados entre sí y
forman un todo.
Para comenzar a trabajar con las
competencias primero las hemos definido y las hemos clasificado en dos grupos
diferentes:
1.
Competencias
generales
a.
saber
b.
saber ser
c.
saber hacer
d.
saber aprender
2.
Competencias
comunicativas
a.
lingüísticas
b.
sociolingüísticas
c.
pragmáticas
Tras explicar en que consiste cada una de ellas
y ver ejemplos propios del documento europeo hemos tenido que especificar las
competencias que se trabajaban en cada actividad propuesta en nuestra programación creada para el Tema 2. A pesar de
que ha sido una actividad un poco confusa y tediosa, creo que es muy útil de
cara a nuestro futuro como docentes y más aún para nuestra etapa opositora, ya
que son detalles a tener en cuenta para crear una programación completa y transversal.
De todo lo estudiado en esta sesión, he de decir que hubo dos cuestiones
que llamaron especialmente mi atención. Primero, la consciencia intercultural y
los estereotipos como parte de la competencia general del conocimiento
declarativo (saber), y segundo, la presencia o ausencia de normativa
lingüística en algunos países como parte de la competencia comunicativa
lingüística. Considero que ambos aspectos son fundamentales a la hora de
enseñar una lengua extranjera. En cuanto a la consciencia intercultural en la
enseñanza de inglés como lengua extranjera, si nos centramos solo en las representaciones
culturales estereotipadas del Reino Unido, EEUU o Canadá estaremos reproduciendo la cultura
hegemónica y globalizada sin darles la oportunidad a nuestros alumnos de
conocer un todo mucho más amplio y verídico que es lo que hace rico al lenguaje
y la posibilidad de comunicarnos con infinidad de culturas completamente
diferentes. Por lo que corresponde a la presencia o ausencia de normativa lingüística para el inglés, es
fundamental ser consistentes con la variante que se introduce en el aula,
siempre teniendo en cuenta la consciencia intercultural y haciendo saber a
nuestro alumnado que existen otras realidades lingüísticas y que todas son igual de válidas. A fin de evitar confusiones o generalizaciones creo que es fundamental
que como docentes expliquemos desde el principio por qué variante nos hemos
decantado para impartir docencia y explicar al alumnado qué nos ha llevado a
tomar esta decisión, siempre fomentando el respeto hacia otras variantes menos populares
e introduciendo nociones a cerca de estas y otras muchas cuando sea relevante
para poner de manifiesto su validez. De nuevo, estos dos que me han llamado la
atención ponen de manifiesto esta interrelación a la que se hacía referencia
más arriba, ya que no solo los temas están relacionados y han de verse como un
todo, sino que incluso cuando clasificamos y compartimentamos las competencias
estas siempre van a estar relacionadas entre sí y hay que incluirlas del mismo
modo en el aula. No basta con incluir un apartado de cultura en nuestras
lecciones, sino que debe ser un hilo conductor que fomente el aprendizaje de
todas las competencias y aspectos de la lengua por igual en nuestras
programaciones.
Considero que esta última reflexión será un punto a tener en cuenta
cuando, al ejercer docencia, tengamos que seleccionar el libro de texto que
queremos utilizar como apoyo para nuestros alumnos. Si analizamos detenidamente
manuales para el aprendizaje de idiomas como lengua extranjera, en este caso
español e inglés, en función de cómo incluyen e interrelacionan las diferentes
competencias podremos evitar caer en generalizaciones o estereotipos que no
reflejen la realidad, tanto lingüística como social, en la que se verán
inmersos al hacer uso de la lengua meta. Para hacerme una idea general sobre
cómo están interrelacionados estos aspectos en los libros de texto he decidido analizar
brevemente los manuales que estaban a mi disposición. Por desgracia, para la
enseñanza de inglés solo dispongo de un libro que es más una guía para el
estudio autónomo en vez de ser un libro de texto para el aula. Este libro se
centra principalmente en componentes funcionales y situaciones de uso de la
lengua relacionadas con contenido gramatical. De este modo podemos encontrar
unidades como: “El tiempo. Pronombres sujeto” o “Una discusión. Pasado simple
(2)”, pero no hay ninguna unidad en la que se incluya un componente cultural,
ni tampoco se hace mención alguna acerca de la variante de la lengua que se
emplea en este manual ni se incluyen otras variantes diferentes. Al echar un
vistazo a los manuales de español como lengua extranjera, que en este caso si
son libros de texto al uso (todos de la misma editorial), si podemos encontrar
referencias a aspectos culturales a lo largo de todas las unidades. En algunos
casos estas representaciones culturales pueden parecer algo estereotipadas,
pero al estar bien contextualizadas no dan lugar a generalizaciones, por
ejemplo, se habla de la paella pero en el contexto de la Comunidad Valenciana y
no como un plato típico español que se come todas las semanas en todas las
regiones. También se incluyen componentes culturales de diferentes países
hispanohablantes como son Cuba, Argentina o incluso la población latina de los
Estados Unidos. En cuanto a la variedad lingüística del libro de texto, no se hace
referencia específica a la que se emplea, pero sí se incide en las primeras páginas
del manual en el hecho de que el mismo se ha creado para satisfacer “las
necesidades y características de los cursos de E/LE en España”, lo que nos
lleva a entender que la norma lingüística que se sigue es la peninsular.
En definitiva, considero que es muy importante incluir todas las
competencias recogidas en el MCER en nuestras programaciones y hacerlo de tal
manera que no se caiga en generalizaciones ni estereotipos. La cultura debe
darse como elemento transversal que promueva el flujo del resto de los
contenidos para que nuestro alumnado tenga una visión conjunta de la lengua y
no compartimentada.
¡Hola, Raquel!
ResponderEliminarHas hecho dos reflexiones muy interesantes en tu entrada. Por un lado, hablas de la ausencia de normativa lingüística en algunos idiomas. Yo también me sorprendí cuando me enteré de que no todos los idiomas cuentan con su propia RAE. Por otro lado, quiero destacar tu comparación entre un manual de inglés como lengua extranjera y otro de español. Es curioso que en los manuales de español se presente el contenido cultural por ejemplo, de la alimentación (hablar de las tapas, de la comida típica de los países hispanos o de la hora de las comidas) mientras que en los libros de inglés para hispanohablantes que he tenido en el instituto no ha aparecido nunca nada semejante. Son dos formas muy diferentes de presentar una lengua extranjera pero definitivamente estoy de acuerdo contigo en que la cultura debe ser elemento transversal que ayude a nuestro alumnado a tener una visión conjunta de la lengua.
¡Me ha encantado tu entrada!
Un saludo,
Judit